Así como lo ven, iba vestido. Sin chaqueta, con el cabello más corto y con la camisa remangada, José Alejandro Castaño era el estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Antioquia más promisorio y apetecido de la Facultad en los años 90. Así era él, lo que pasa es que no sabíamos lo que encarnaba por dentro.
Después de leer el artículo de mi colega, compañero de universidad y amigo Joaquín Botero, DE CASTAÑO A OSCURO, sobre este otro colega, compañero de universidad y amigo, José Alejandro Castaño, hay que aceptar, aunque me duela que ya se conocían en el bajo mundo periodístico provinciano de la ciudad las versiones reveladas, pero por aquello de la solidaridad con la mitomanía del enfermo, muchos, incluido yo, nunca nos atrevimos a aceptar de manera pública dicho desorden. Este caso es idéntico como cuando una madre alcahueta no quiere admitir el adjetivo de sicario de su propio hijo.
La Mitomanía, es una compulsión que en el gremio de los periodistas muchos la padecen, también conocida como Mentira Patológica, Pseudología Fantástica o Síndrome de Diego, términos que los psiquiatras utilizan para nombrar el comportamiento de los mentirosos. La mentira patológica, dicen los estudiosos, se ha definido también como una invención intencional y demostrable de acontecimientos muy poco probables y fácilmente refutables.
En estos días con otro colega, compañero de universidad y amigo, Cesar Augusto Duque, nos referimos a la mitomanía de Castaño y llegamos a la conclusión que debe seguir alimentando su compulsión y dedicarse definitivamente a la ficción, a la novela, porque lo hace muy bien. Es un mago para inventar historias supuestamente reales y de eso pueden dar fe las casas editoriales, los periódicos locales, nacionales y de otros países que se han sentido estafados por este simpático personaje, porque es simpático, y eso no lo podemos negar quienes lo conocemos…
Hace 17 años aproximadamente José Alejandro Castaño, era casi perfecto. Alto, bien hablado, inteligente, caballeroso, bien parado, buen andar como un semental de paso fino colombiano. Todas se morían por él, hasta otros colegas, compañeros de universidad y amigos, Carlos Muñoz, quien no sabemos si aún vive, y La Campuzano se morían por él. Cuentan los testigos que en los años 90, La Campuzano, un personaje semejante a la Nana Igor del Conde Pátula, ligera de copas se estaba arrancando las mechas por ese hombrononón en la Carrera 70 en las horas de la madrugada. Todo se supo en la Facultad. Pero mientras se morían por él, él se moría por otra, la misma que lo dejó metido en la clausura de “Emisión” las fiestas académicas y culturales de Comunicaciones, mucho antes de casarse con una chica de psicología, con quien tuvo varias hijas. Era casi perfecto, porque el porcentaje de error lo tiene la tonalidad de su voz alta y chillona que desafina con su figura de galán de telenovela, eso decían.
El que la hace la paga y José Alejandro Castaño desde ahora está afrontando los resultados de su repetida irresponsabilidad en sus actuaciones e incumplimientos a editoriales y revistas, además de las mentiras contadas de manera magistral que muchos de sus lectores se tragaron de un sólo tirón.
Pero esa es la vida de los grandes escritores y artistas, viven vidas caóticas, escatológicas y podridas que la misma historia se encarga de arrojarlas al olvido o de convertirlas en referente. Pero, ¿quiénes tienen la autoridad moral y ética para señalar a otro malabarista del periodismo que le metió los dedos a la boca al Premio Casa de las Américas de Cuba y a la prensa nacional y local como El Mundo y El Colombiano?, ¿quiénes tienen esa autoridad?, ¿la prensa de la ciudad que publica los informes al pie de la letra que dictan los fantasiosos gobiernos de turno?, ¿la mayoría de carga ladrillos y periodistas que cumplen las ordenes dictatoriales de sus jefes de redacción por temor a perder sus salarios de miseria? o los directores de algún barato medio de comunicación que por lo general hablan más de la cuenta sobre el significado de lo que es ética periodística y el concepto de verdad, si se tiene en cuenta que la única verdad es que las verdades las cuentan a medias… ¿esos son los que tienen autoridad de señalar las cagadas de los demás, especialmente en este envidioso y mediocre gremio de los periodistas de nueva generación?…
La producción musical de Tchaikovsky fue posible gracias a su permanente y estafada mujer que siempre lo mantuvo económicamente hasta el día de su muerte. Beethoven y Mozart fueron personajes fantásticos desde la composición musical, pero nefastos en sus vidas personales, antisociales, burdos y estafadores, incumplidos, jornaleros, también fueron señalados. Salieri trasbocaba envidia…
No pretendo ocultar lo inocultable. La creatividad de José Alejandro Castaño sobrepasa los incumplimientos contractuales de una usurera casa editorial. No lo estoy defendiendo, porque este enfermo mental hoy paga el precio de su irresponsabilidad, pero respóndanme, de las nuevas generaciones de periodistas de la Universidad de Antioquia, ¿quién ha hecho con las letras, lo que él ya hizo?…
Aunque el meteorito el 21 de diciembre nos hizo quedar mal, ya no quiero hacer más, aunque muchos dicen que no hago nada. Nada más oportuno que aprovechar el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes para despedir este año 2012.
Hasta el primer Puente Festivo de enero del 2013 voy con el piloto automático porque también es necesario comportarme como lo hace el ciudadano promedio. Que orgullo tomar cerveza, subir el volumen al tocadiscos dos días continuos y tirar voladores, después de un año de trabajo continuo.
A pocos días de finalizar este año, es necesario agradecer a todas las personas y empresas que nuevamente de una u otra forma continúan creyendo en este proyecto que se inició hace 5 años y medio. Gracias al Concejo, Personería y Contraloría General de Medellín, porque con su vinculación logramos permanecer en esta vigencia.
A cada uno de los concejales de la ciudad, a varios de los secretarios de despacho de la Alcaldía, a uno que otro diputado inteligente y a ninguno de los secretarios de despacho de la Gobernación de Antioquia, ¡gracias! Este proyecto existe gracias a ustedes, a sus acciones, decisiones y maneras de actuar desde el escenario público y político.
Los próximos tres años si que habrá trabajo. El 2013 es un año netamente político en el que se tomarán decisiones importantes. La planeación, el diseño de estrategias y alianzas políticas, serán claves para abordar las elecciones de Congreso y Presidencia de la República en el 2014, pero una vez terminadas estas contiendas empiezan nuevamente las elecciones territoriales para gobernaciones, alcaldías, concejos y asambleas y juntas administradoras locales. Un año político y dos electorales en los que obviamente estaremos presentes. ¡Feliz año y prospero 2013!