En un evento de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, una chica de ojos claros me preguntó sobre la manera en que los medios de información deben cubrir el proceso de paz que se adelanta en la Habana Cuba, entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc. Estoy seguro en tener la respuesta.
El afán mediático de los medios de información, sumado a la acelerada agenda pública que cambia de temas permanentemente, hace que el ciudadano promedio se desinterese de un tema tan jarto, dispendioso y trillado como los acercamientos entre la guerrilla y el gobierno. Me parece ver la paloma de Belisario con el M19, y la toalla de Tirofijo junto con el nefasto Andrés Pastrana.
El paro cafetero, el escape de Benedicto XVI y la muerte del nuevo mejor amigo de Santos, el Presidente de Venezuela Hugo Rafael Chaves Frías, hicieron que a los pocos colombianos a los que les interesan las conversiones en la Habana voltearan la página, los medios de información cambiaron de tema. La audiencia siente, vive, vibra y llora sobre la base de lo que los medios cocinan y exhiben en su olla.
¿Cómo creerles a los medios de información el cubrimiento de un proceso de paz, si sus propietarios tienen intereses particulares? Los Sarmiento Angulo, los Ardila Lülle, los Santo Domingo, el Grupo Prisa, sólo tienen este objetivo: chupar de la ubre del Estado su rica leche financiera y burocrática. Se me reventó el tímpano al escuchar a Vicky Dávila de Noticias RCN expresar: “De qué sirve la imparcialidad”, refiriéndose a la paliza que le dieron a una de sus reporteras en Venezuela. Esa es una buena pregunta, no sirve para nada porque dependemos hasta de la cama, pero entre trabajar por convicción y no solamente en favor de un grupo económico existe una gran diferencia.
A los medios únicamente les interesa difundir que a Iván Márquez le gustaría hacer campaña para el Congreso de la República, mientras que Rodrigo Granda se apenaría por pelear por una curul después de una posible entrega de armas. Para los medios es más cautivador y taquillero cubrir la moto Harley Davidson de Márquez, la visita de los congresistas que lideró el semejante voltearepas de Roy Barreras, Presidente del Senado y la postulación del Presidente Juan Manuel Santos para el Premio Nobel de la Paz que se entrega en Oslo, Noruega. Esa clase de temas con una cierta dosis de morbo cautivan a la audiencia que no se despega del televisor ni de la radio.
A los medios de información no les interesa difundir asuntos fundamentales sobre el proceso de paz, especialmente cuando la guerrilla negocia exigiendo lo máximo, y el gobierno ofreciendo lo mínimo. A las logias económicas, propietarias de la mayoría de los medios de información les interesa difundir contenidos que mantengan a la audiencia adormecida, sin la posibilidad de pensar y reaccionar sobre lo que pasa en realidad detrás del telón, porque lo que menos les interesa es decir la verdad, el único objetivo que debe cumplir un periodista que cubra el proceso de paz.
Ha muerto uno de los mejores –si no el mejor- pianista del mundo. El maestro BEBO VALDES. De 94 años de edad y 53 de haber cambiado su tropical Cuba por la fría Suecia, el maestro de maestros decidió dejar su terrenal piano seguramente para acompañar al coro celestial.
A don Bebo, se le atribuye la creación del ritmo “batanga” y fue pionero de la fusión del Jazz con los ritmos afrocaribeños, fue creador de las famosas descargas, grabando en 1952 el primer álbum de descargas.
Con el maestro Valdés, en su orquesta, cantó otro de los grandes de la música Benny Moré y para que no quedaran dudas de su talento engendró otro de los grandes, a don Chucho Valdés.
Aunque alejado de la esfera política nunca dudó en reconocer que había abandonado La isla por no pensar como Fidel “cada uno piensa como quiera”, dijo en una entrevista concedida a sus 90 años de edad, cuando igualmente confesó que su memoria le estaba jugando malas pasadas a la hora de interpretar el piano, pero que seguiría interpretándolo por siempre con el corazón. De sus últimas apariciones en el ámbito musical fue la grabación hecha con el Cigala en un trabajo titulado “Lágrimas Negras”.
No queda más que agradecerle a este genio por los bellos momentos que nos permitió vivir en compañía de su música y de sus interpretaciones y rogarle al cielo que más temprano que tarde llegue otro con un talento similar.