Aunque la Alcaldía anunció que denunciará a los responsables del descalabro de la fachada de la Biblioteca España que le costará al bolsillo de los medellinenses unos $11.000’000.000 (once mil millones de pesos), al parecer los jurisconsultos del Municipio siguen intentando librar al ex Alcalde Sergio Fajardo de su responsabilidad con el proyecto que inauguró aceleradamente para tomarse la foto con los reyes de España.
Con base en las pruebas aportadas tanto por el interventor de la biblioteca como del mismo diseñador, Fajardo fue advertido sobre los problemas que se podrían presentar en la construcción del proyecto si se adelantaba su inauguración. La realidad sea dicha, si los organismos de control político, fiscal y disciplinario funcionan en este país, Sergio Fajardo tendría que responder por la plata que se perdió porque a ojo de buen cubero en este caso se tipifica un posible detrimento patrimonial.
UN SÍMBOLO
Como si fuera poco, el periódico El Mundo, que anda de luto y nos solidarizamos completamente, publicó en su Editorial del jueves 28 de agosto de este año su posición sobre lo que significa la Biblioteca España para el hoy gobernador de Antioquia.
Entre los apartes El Mundo se refiere: “(…) Como fruto de cuidadosos estudios sobre la estructura del Parque Biblioteca España, a raíz de desprendimientos de placas de la fachada flotante, expertos de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional entregaron a la Alcaldía de Medellín el diagnóstico y los diseños que permitirán la reconstrucción de la parte exterior del edificio, intervención que exige remover y reinstalar las veinte mil placas que crean la imponente sensación de montañas rocosas que se yerguen en la ladera nororiental de Medellín. La impermeabilización de la estructura, el desmontaje y montaje de la fachada flotante y su adecuación a las nuevas normas de construcción, demandarán trabajar durante 16 meses, por lo menos, y realizar inversiones que hoy se estiman en $10.445 millones (…)”.
“(…) El 24 de marzo de 2007, durante la inauguración del edificio que en su momento costó $15.152 millones y ante los reyes Sofía y Juan Carlos, de España, el entonces alcalde, Sergio Fajardo, lo proclamó como “símbolo de la nueva Medellín”, urbe que buscaba conquistar la confianza de los habitantes en el Gobierno y que empezaba a proyectarse al país y al mundo como ciudad que había pasado “del miedo a la esperanza”, sustentada en los pilares de la transparencia en la gestión pública, representada en la consigna “no se pierde un peso”; la equidad, construida con proyectos de “urbanismo social”, como los parques biblioteca, entre otros, y la inversión en educación como factor de transformación, que conduciría a consolidar esta sociedad como “la más educada” (…)”.
“(…) En los mismos seis meses transcurridos tras la entrega de ese primer y concluyente estudio sobre descuidos serios en una obra tan icónica para la ciudad, los medios de comunicación regionales y nacionales, los ciudadanos y los órganos de control han realizado cuidadoso, y justo seguimiento, a las afectaciones al patrimonio de centenares de familias que adquirieron viviendas construidas por la firma CDO. Esta vigilancia mantiene viva la esperanza de que haya justicia para quienes resultaron afectados por fallas constructivas atribuibles a una firma privada. Y eso, aunque penoso para algunos, es un ejercicio ciudadano responsable. El mismo que asumimos y que la sociedad entera deberá practicar para defender el interés público representado en los recursos invertidos en el Parque Biblioteca y los que ahora se tendrán que gastar en una reparación imprevista, temprana y casi tan costosa como la construcción de la obra (…)”. Editorial completo