Si los organismos de control y vigilancia, supervisaran y auditaran las cajas de compensación familiar en el país, encontrarían cositas. Sobre la base de la ejecución del presupuesto anual de Comfama se notan dudosos manejos que otorgan méritos para una auditoría express por parte de la Contraloría General de la República, con el fin de revelar ante la opinión pública la manera en que se administra este jugoso negocio.
Del 100% del presupuesto anual de Comfama, cerca de $800.000’000.000 (ochocientos mil millones de pesos) por Ley, el 8% está designado para gastos de funcionamiento incluído nómina, ni un peso más, ni un peso menos.
Los gastos de funcionamiento de la Caja en la actualidad sobrepasan ese porcentaje, y por el contrario, se aproximan al 33% aproximadamente. El esguince, que al parecer comenten en el interior de Comfama, para cumplir con la norma, es que el 25% de gastos de funcionamiento restante se lo cargan habilidosamente a la administración de otros programas que ejecuta la entidad. Esa es una presunta irregularidad.
Otro asunto cuestionable, y que además parece un chiste, es que la Superintendencia de Subsidio Familiar, entidad encargada de vigilar y regular estas entidades en el país, recibe presupuesto de cada una de las Cajas de Compensación.
Por ejemplo, Comfama le transfiere anualmente a la Superintendencia un presupuesto cercano a los $5.000’000.000 (cinco mil millones de pesos). La pregunta es: ¿con qué autonomía regula la Superintendencia de Subsidio a Comfama si come de la misma olla?…