Las silbatinas de las que ha sido objeto el Presidente de la República, Juan Manuel Santos en Bogotá y Medellín podrían tener serias repercusiones en las elecciones territoriales del mes de octubre.
El asesinato de los militares en el municipio de Buenos Aires en el departamento del Cauca, en plenas conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, logró sacar a las calles a varios inconformes que le exigen a Santos dejar la permisividad bélica con los integrantes del grupo subversivo.
En Medellín, cuando visitaba Proantioquia que reúne a los empresarios que conforman el Grupo Empresarial Antioqueño que orienta David Bojanini, presidente del Grupo SURA, después de la muerte de Nicanor Restrepo, Santos fue víctima de otra silbatina por la manera que se están afrontando las conversaciones con la guerrilla.
En Bogotá los militares que participaban en la Carrera de los Héroes iniciaron una rechifla contra Santos. El Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón solicitó que dejaran hablar al Presidente pero como no hicieron caso los puso a rezar.
Esos hechos lograron impactar y generar una percepción bastante negativa en contra del gobierno de Santos lo que deja prever que para la actividad política que se avecina, la Unidad Nacional al parecer no funcionará en el departamento de Antioquia.