Los Alcaldes que gobernaron Medellín desde la Constitución del 91 que determinó el voto popular vivieron en otra ciudad. En los últimos 12 años, por ejemplo, Sergio, Alonso y Aníbal quisieron hacer creer que en Medellín sólo pasan cosas muy, pero muy buenas, y es verdad, pero hicieron poco para las cosas malas, pero muy malas que también se presentan.
El trabajo periodístico que emitió el programa “Los Informantes” sobre las BACRIM, ratifica las denuncias que se hicieron en su momento cuando Fajardo y Salazar se reunieron con alias “Don Berna” para disminuir la actividad delincuencial en la ciudad, y las que hizo recientemente Luis Fernando Quijano, Director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo, CORPADES, sobre el Pacto del Fusil. La realidad es que a Medellín la controlan “los muchachos”, no la institucionalidad…
En el informe periodístico aparece alias “Pantera” quien acepta ser el comandante de una de las BACRIM que opera en algunos barrios populares de la ciudad que se financian a través del cobro de servicios de seguridad o extorsiones disfrazadas, además del micro tráfico.
Dice que sus integrantes provienen del desarticulado Bloque de las Autodefensas “Cacique Nutibara”, que están armados con pistolas nueve milímetros, fusiles y AK47 con miras telescópicas y silenciadores, y que reciben entre $600.000 y $700.000 (seiscientos y setecientos mil pesos) mensuales por sus servicios. “Pantera” admite que uno de sus grandes aliados son algunos integrantes de la Policía, quienes reciben semanalmente unos $200.000 (doscientos mil pesos).
Sobre el micro tráfico cada BACRIM tiene un financiero que administra las áreas de compras, producción y distribución de productos como la marihuana regular, cripa y “perico”. El financiero es el responsable del micro tráfico que deja una rentabilidad mensual de unos $3.600’000.000 (tres mil seiscientos millones de pesos) aproximadamente.
De acuerdo con el informe periodístico, una plaza de vicio produce $800.000 (ochocientos mil pesos) diarios y fines de semana $1’500.000 (un millón quinientos mil pesos) por día. A un kilo de coca, por ejemplo, que cuesta $3’500.000 (tres millones quinientos mil pesos) y se le hacen $12’000.000 (doce millones de pesos). Ver LA AMENAZA DE LAS BACRIM