“El que no conoce la historia está condenado a repetirla” es una de las famosas frases de cajón y bastante cliché para recordar que indudablemente hay que conocer el pasado para evitar cometer los mismos errores.
Los disturbios que se presentaron antes y después del clásico futbolero entre el Deportivo Independiente Medellín y el Atlético Nacional, denominado el “El partido por la Paz”, días antes de Semana Santa son los mismos que se vienen presentando desde casi 20 años en inmediaciones de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
No hay fórmula para acabar con los desmanes que se presentan entre integrantes de las mal llamadas “Barras Bravas” de los equipos de fútbol Verde y Rojo, sin contar los visitantes.
A finales de la década de los años 90, la preocupación del Alcalde Sergio Gabriel Naranjo fue las peleas entre hinchas que a la fecha ha cobrado la vida de varios fanáticos del juego de pelota.
En la Alcaldía de Juan Pablo María se presentaron los mismos problemas como en el gobierno local de Luis Pérez, Fajardo, Alonso Salazar, Aníbal Gaviria y en la actualidad de Federico Gutiérrez.
¿Cuál es la fórmula entonces para acabar con la insensata e incoherente rivalidad entre simpatizantes de los equipos de fútbol que desplazó a más de una familia del sector aledaño al Centro Comercial Obelisco de inmuebles que en la actualidad se utilizan como sedes temporales de campañas políticas?
Lo cierto es que el Alcalde Federico Gutiérrez fue claro en manifestar que tienen que haber acciones contundentes para quienes insisten en seguir generando violencia y solicitó a los organismos de control individualizar y judicializar a los que continúan generado disturbios. Me parece escuchar la misma grabación de los últimos años…