No sé si usted lo ha sentido, pero el pago de propinas en la cuenta de bares y restaurantes se ha convertido en una molestia porque parece que a los meseros es lo que únicamente les importa.
En el mes de octubre de 2013 estuve sentado en un restaurante de la hermosísima población de Coyoacán, México, y casi me agarro de las mechas con el mesero porque solamente estaba pendiente del 10% de propina, incluida en la factura de cobro.
Tres años después me encuentro con la agradable sorpresa que ese 10% de “aporte voluntario” al comensal fue retirado por medio de una ley del Congreso de ese país.
Aunque los meseros siguen luchando por su 10% de propina, pregunté qué había pasado y advirtieron que ese porcentaje en la cuenta no estaba llegando a los bolsillos de los empleados, sino que por el contrario, se estaba dedicando a subsidiar otros ítems de los restaurantes, lo mismo que pasa en nuestro país.