Si el gerente de Empresas Públicas de Medellín, Jorge Londoño De La Cuesta no conforma su propia nómina para jugar su partido pasará a la historia de la entidad por haber sido el mejor encuestador de EPM.
La mala reputación que hoy se ha ganado EPM entre los habitantes y clientes de la ciudad y el departamento evidencia la macabra estrategia que algunos empresarios tienen a largo plazo para iniciar soterradamente la privatización de la entidad. De eso dan fe algunos de sus directivos con quien me he reunido en varias ocasiones…
Pública o privada, ¿cuál es la mejor opción? Los resultados financieros de entidades estales asociadas con empresas privadas han sido satisfactorios en algunas oportunidades, pero con evidentes vicios y actos de corrupción como lo evidencian los $10.400’000.000 (diez cuatrocientos mil millones de pesos) que TIGO-UNE tendrá que pagar a un particular por comprobarse un acto indebido.
Londoño De La Cuesta tendrá que enderezar lo torcido empezando por el informe fiscal de la Contraloría General de Medellín que evidencia el riesgo que existe de una futura pérdida patrimonial de Empresas Públicas de Medellín por sus inversiones en el extranjero que resultaron poco rentables.
Dice la Contraloría que es bastante significativo el incremento en la inversión de EPM-Chile que pasó de $59.000’000.000 (cincuenta y nueve mil millones de pesos) en 2014 a casi un billón de pesos, $944.038’000.000 (novecientos cuarenta y cuatro mil treinta y ocho millones de pesos) en 2015 con la compra de Aguas de Antofagasta. Empresas Públicas tiene el 50% de la deuda pública del conglomerado que representa 10 billones de pesos aproximadamente. Ver auditoría