El perfil de la reciente nombrada Ministra de Educación Yaneth Giha, muestra la dirección que se le quiere dar a la cartera durante el resto del periodo presidencial. Giha es economista con un máster en Estudios de la Guerra, en el “King´s College” en Londres. Gran parte de su hoja de vida como funcionaria pública fue construida en el Ministerio de Defensa donde se desempeñó como asesora en proyectos e inversiones, e incluso llegó a ser viceministra de Rodrigo Rivera.
De allí pasó, sin pena ni gloria por COLCIENCIAS. Su nombramiento en la entidad encargada del fomento de la investigación cayó de sorpresa entre los investigadores, por ser una persona de poco reconocimiento en el ámbito académico del país.
Frente a su desempeño en esa entidad, algunos la acusan de haber hecho muy poco para evitar la disminución de 16 mil millones de pesos del presupuesto asignado, y otros, plantean su incapacidad para haber fomentado (objeto de la Entidad) la investigación local.
Con el nombramiento de la nueva Ministra de Educación, Santos juega una carambola a dos bandas. Por un lado apunta a realizar ajustes fiscales en el ramo, asunto en el que Giha es toda una experta y además esta Barranquillera, por las declaraciones que ha brindado a los diferentes medios de comunicación, es la antítesis de su predecesora Gina Parody.
Parody se vio atacada por manifestar abierta – y valerosamente- sus preferencias sexuales, asunto que en un país como el nuestro no es permitido, sobre todo cuando ello va en contravía de los preceptos morales.
Como excusa para el linchamiento público de la exministra, se usó la publicación de una cartilla de educación sexual en la que prevalecía el reconocimiento y respeto por la diferencia, hecho este que tampoco fue visto con buenos ojos por godos y religiosos de este país que todavía, en evidente desconocimiento de la Constitución Política, inician las ceremonias civiles en las escuelas públicas con un acto litúrgico, y que están dispuestos a pasar por encima de quien sea con tal de que los actuales principios regentes de la sociedad, que muy poco han aportado, se mantengan.
Con la presencia de Yaneth Giha, el sagaz Santos acalla esas voces que se encargaron de sacar del Ministerio a Parody, es conservadora, militarista y muy seguramente heterosexual, lo que implica que, tanto la iglesia, como un grueso sector de la sociedad ve con beneplácito su nombramiento.
De nuevo pierde el ramo, y no es que hubiera ganado mucho con la anterior Ministra, pero por lo menos en su dirección se ponía sobre la mesa la discusión de una educación para una sociedad respetuosa y tolerante.