La mayoría de los candidatos a la Presidencia continúan trabajando en sus campañas con el fin de conseguir el mayor número de votos para la primera vuelta presidencial en el mes de mayo debido a que el mínimo descuido los podría sacar de la competencia con tanto “gato” aspirando por la banda tricolor.
Sin embargo, unos más que otros, están alcanzando más percepción, además, que a partir del 12 de marzo, un día después de las elecciones para Congreso, se demostrará la fuerza parlamentaria, cuota inicial, para perfilar el favoritismo de las campañas de cada uno de los aspirantes.
El que descrestó hace un par de días fue Germán Vargas Lleras quien reunió en Cúcuta más de 30 mil personas en un evento masivo. En Antioquia, por ejemplo, los “germanistas” se encuentran haciendo el mayor esfuerzo, pero uno de los problemas es que hay mucho cacique y poco indio que se apersone de algunos procesos internos.
De manera intempestiva en un supermercado gringo, ubicado por el sector de La Mota me tropecé con uno de los integrantes de la campaña de Vargas Lleras. El fulano advirtió que uno de los inconvenientes es que hay quien ordene, pero pocos que obedezcan.
Las campañas políticas, la que sea, local, departamental o nacional, son empresas vetustas que no funcionan bien porque las conforman un fin de semana para que operen entre tres y seis meses. No existe una empresa que ruede bien en esas condiciones. La improvisación es el común denominador…
Sin embargo, trabaje bien o mal, el reto de los antioqueños simpatizantes de Vargas Lleras es sobrepasar los 800 mil votos para el beneficio de ese candidato.
