Cuatro meses cumple esta semana quien se convirtió en el presidente más joven de los colombianos y en la esperanza para muchos que vieron en las propuestas Iván Duque, además, de la promesa de no incrementar impuestos, la oportunidad para impulsar el desarrollo tecnológico y la transformación de ideas en bienes y servicios culturales con el fin de incrementar valor en la propiedad intelectual.
Esas promesas de campaña quedaron en añicos los primeros meses de un gobierno sin norte, que destruyó la credibilidad y la confianza de quienes soporta gran parte de la economía del país: la clase media. A Duque le ha tocado hacer como el avestruz, meter la cabeza bajo la tierra porque no ha podido volver a conquistar a la opinión pública que traicionó después de terminar la campaña electoral.
Esta semana el joven presidente recibió otro nuevo castigo por parte de las encuestas. Se publicó otro estudio (Datexco), que midió la opinión de los colombianos durante la última semana de noviembre. El resultado dejó a Duque en la trastienda. Sólo el 22% de los consultados aprueba su gestión, mientras que el 68%, las dos terceras partes del país, lo desaprueba.