Hoy les voy a contar una teoría, método, filosofía o como lo quieran denominar que escuché sobre la química sexual. Quién la profesa es una experta en relaciones de pareja: relaciones clásicas, monógamas, y para toda la vida. Ella considera que la química entre dos personas es aprendida, que uno siente “ganas” porque en algún momento del pasado un prototipo de persona le produjo atracción y la mente quedó con eso grabado. Hasta ahí, bien.
Sin embargo, mis dudas las provoca la recomendación para combatir ese temido “tiene el perfil que quiero pero no me inspira ni un mal pensamiento”: a ese alguien que no te gusta o no te provoca, o no te dan ganas, debes darle la oportunidad y conocer más a la persona para que el cerebro re-aprenda gustos y en su experiencia y la de sus clientas, las ganas surgen en el tiempo.
Es posible que uno tenga un prototipo físico en sus fantasías, y que eso pocas veces se concrete, pero de ahí a gastarle tiempo a un pendejo porque el amor se aprende, sí me parece que es forzado y es ceder y conceder para tener pareja a toda costa.
Yo no veo gurús de la conquista masculina exhortando para que si les gustan las grandes se conformen con las chiquitas porque eso en cuatro no se ve, aunque estaría dispuesta a aceptar que un hombre cede más fácil para conseguir tener sexo con regularidad.
Tal vez sea un complot de las minorías (¿o mayorías?) condenadas al celibato no voluntario para que tengan la oportunidad y coronen a algún transeúnte consumidor del cuento coach que decreta dar oportunidades a los inviables.
Tal vez es la respuesta a que algunos tienen una lista que parece un aviso de #trabajosíhay con requerimientos mínimos que parecen máximos por un salario mínimo. Es decir, esos que demandan un ser soñado y lo que ofrecen es un ser muy normalito, pregúntele al espejo y al psicólogo de uno a diez como cuánto le pone y empiece a negociar.
Tal vez sea lo contrario, que nos acostumbramos a llenar la posición con cualquiera. Como no exigimos nada para los que nos gobiernan, nos parece desmedido venir a exigir quien ocupa nuestra cama, y como también es por períodos con reelección pues entonces quién esté aspirando al cargo está bien y votamos por el menos malo.
Ustedes verán a quién se follan, pero al menos en mi cama no se acepta al menos malo, yo sí requiero que tenga las capacidades idóneas, el empeño para ocupar el lugar y el desempeño posterior, y que me provoque quitarle la ropa antes de que me dé su discurso de promesas y su plan de gobierno. Para eso están las otras secciones de puntodevistardb.com, acá si hay química hay orgasmo.
