El pasado 17 de abril de 2019, el Representante del el partido de “La U”, John Jairo Cárdenas denunció por varios medios de comunicación que su visa americana había sido cancelada por la embajada de ese país en Colombia.
Para el Representante la medida tomada por el embajador estadounidense Kevin Whitaker, se debió a la filtración hecha por él de los detalles sucedidos en la reunión sostenida entre algunos miembros de la comisión accidental de la Cámara que recomendó rechazar la objeciones a la JEP y el diplomático.
Según Cárdenas, Whitake planteó que no votar las objeciones podría llevar a suspender la cooperación del coloso del norte con Colombia.
El asunto, al que el gobierno con actitud pusilánime ha intentado restarle importancia planteando que cada país es autónomo para entregarle visa o no a los extranjeros, no es inocente y mucho menos de poca monta.
Por un lado puede interpretarse como un “castigo”, una retaliación a los congresistas que pretenden fortalecer los acuerdos de la Habana por encima de los intereses individualistas e injerencistas de gobiernos ajenos.
Por otro lado, y mucho más preocupante, es que el gobierno gringo lo que esté haciendo es enviando un mensaje amenazador a los Senadores que el próximo 29 de abril deberán votar si dar cabida o no a las objeciones a la JEP presentadas por el gobierno.
Después de haber mantenido a raya al gobierno de los Estados Unidos, la presencia del inexperto (que ya no lo es, pasando automáticamente entonces a incapaz), Duque ha dado píe a la política injerencista que tanto daño ha hecho en el mundo.
Esta actitud imperialista, conocida por todos los habitantes del orbe, ha vuelto a hacer presencia en Colombia (por lo menos se ha acelerado, desconociendo incluso las políticas a fines del nuevo gobierno. No olvidemos que hace poco más de 15 días el mismo presidente estadounidense acusó a Duque de no estar haciendo lo suficiente para controlar los cultivos de coca.
Otra salida en falso del incapaz, esta vez, permitiendo el intento de intromisión de un gobierno extranjero en asuntos tan nuestros y delicados como el proceso de paz, ¿será acaso que Duque busca encontrar aliados en esos gobiernos ideológicamente afines, ya que de manera lenta pero sostenida va perdiendo gobernabilidad por sus decisiones desacertadas?