A trece días para que se posesionen los nuevos gobernantes de entes territoriales en el país, en Medellín y Antioquia ha pasado de todo.
Sobre la nueva gobernación de Aníbal Gaviria, dicen, dicen, que está tan comprometido que tiene gente hasta para montar tres gabinetes, contrario a lo que pasa con el electo alcalde Daniel Quintero de quien comentan importará personal de la capital del país. De todo se dice especialmente cuando se presenta transición de gobierno, pero será el primero de enero de 2020 cuando se verifique la composición de cada uno de los gabinetes.
La expectativa en la que permanecen los integrantes del escenario político local con el nuevo mandatario tiene que ver con la selección y nombramiento del próximo gerente general de Empresas Públicas de Medellín, EPM, la joya de la corona, la entidad que pone el billete para garantizar la inversión social en la ciudad y constructora de Hidroituango, uno de los proyectos hidroeléctricos más importante del país y de Latinoamérica en lo que tiene que ver con generación de energía.
En lo referente con EPM, los empresarios siempre quieren meter la mano para garantizar comer de la torta y participar de los gobiernos de turno. El Grupo Empresarial antioqueño, GEA, le mandó a decir al nuevo Alcalde Daniel Quintero Calle que por favor dejara unos diítas más a Jorge Londoño De La Cuesta en el cargo de gerente mientras nombraba el nuevo titular.
Quintero Calle mandó a decir también que no, que Londoño va hasta el 31 de diciembre como corresponde y que a partir del primero de enero verá que hace.
La tropa de Quintero, llena de muchachitos fundamentalistas todavía sin aterrizar por aquello de la euforia del triunfo, quieren partir la historia, y eso está muy bien, asunto que generó la idea de contratar una empresa caza talentos para que escoja, por lo menos, una terna con el propósito de que el nuevo mandatario escoja su nuevo gerente de EPM hasta el 31 de diciembre de 2023.
Por su parte, de otro lado, perdón por cambiar de tema, como diría mi mamá, todavía no he podido entender qué fue lo que quiso decir el concejal número ocho por Centro Democrático, Alfredo Ramos Maya con su trino esta semana.
“La coherencia ideológica es un camino más largo y más agotador que el de la burocracia y el contratismo disfrazados de falsa unidad. Pero la tranquilidad de la conciencia no se puede discutir”. ¿Para quién fue la indirecta?