Una persona llega de la calle en un día de sol, entra al baño y toma un paño húmedo para limpiarse y refrescarse. Lo arroja al sanitario, descarga el agua y ve cómo empieza a subir y a derramarse el agua sin control. También puede ser que no ocurra nada ante sus ojos, que la descarga se lleve el paño y la rutina siga su curso normal. Sin embargo, las consecuencias de desechar por el sanitario y los desagües ese tipo de elementos trae consecuencias que, aunque no sean visibles, son graves para las redes de alcantarillado.
“EPM ejecuta de manera permanente sus programas de prevención y mantenimiento, pero el cuidado y la colaboración de la ciudadanía resultan básicos para lograr la óptima operación de toda la infraestructura del sistema de saneamiento”, dice Hemel Adolfo Serna, jefe de la Unidad Operación y Mantenimiento Gestión Aguas Residuales de la empresa.
El ingeniero recuerda que elementos como paños y toallas húmedas, preservativos, toallas higiénicas y tampones, pañales, seda dental, colillas de cigarrillo, medicamentos, aceites, pinturas, disolventes y cabello deben ser dispuestos en recipientes adecuados para ser entregados a los vehículos recolectores de basuras y en ningún caso se deben arrojar a sanitarios, lavaderos o lavaplatos, “porque pueden taponar las tuberías de las redes internas y acometidas de alcantarillado de sus propias viviendas, y causar lo mismo en el sistema de redes públicas de alcantarillado”, explica Serna.
Desde hace más de 40 años EPM empezó un programa de saneamiento del río Medellín y sus afluentes, lo cual ha requerido la construcción de una amplia red de colectores e interceptores para llevar el agua a las dos plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) del Valle de Aburrá: San Fernando y Aguas Claras. En ambas se trata el 84 % de las aguas residuales que producen los usuarios del sistema de alcantarillado del Valle de Aburrá de EPM.
Sin embargo, ese sistema, aun con toda la tecnología que lo compone, requiere del apoyo de los usuarios para que los procesos se desarrollen de forma óptima y se reduzcan los impactos sobre las redes de alcantarillado, las plantas de tratamiento de aguas residuales y el medio ambiente.
Ello es fundamental no solamente en las viviendas sino también en las calles, donde en muchas ocasiones las basuras taponan las rejillas) de las aguas lluvías. Para esto último, EPM invita a los usuarios a reportar en la línea 4444 115 las obstrucciones en los sumideros que, de no ser corregidas, pueden generar inundaciones.
Por otra parte, Serna destaca la importancia de que las personas que adelantan obras de construcción realicen un buen manejo de los materiales y residuos para impedir que, con las lluvias, el flujo de estos elementos genere dificultades en las redes. “Tapar el material o instalar diques de contención en pendientes, además de disminuir el desperdicio, es una acción que protege la red de la acumulación de sedimentos”, afirma el funcionario.
La próxima vez que esté frente a un sanitario o un desagüe y se le pase por la mente desechar un elemento que pueda obstruir las redes, piénselo dos veces. Los efectos pueden no notarse de inmediato, pero disponerlo en el lugar adecuado puede evitarle problemas no solo a usted sino a la compleja red que de alcantarillado que está al servicio de todos.