De los primeros que sacó pecho hace 14 meses con el triunfo del alcalde Quintero fue el saliente presidente del Concejo de Medellín Luis Bernardo Vélez Montoya, quien se matriculó en el movimiento del independiente mandatario logrando una curul en la corporación municipal.
¡Qué triunfo el de Luis Bernardo, qué triunfo!, habilidosamente le apostó a una aspiración a la Alcaldía con el mero propósito de echar cuentas para adherir a una campaña con opción de poder.
Con su buen humor negro, me lo encontré en un centro comercial a finales del año pasado, iba arrogante, sacando pecho, morral en la espalda, ungido con el entusiasmo del triunfo, ¡feliz! por la chamuscada que se pegó el excandidato Santiago Gómez, exsecretario de gobierno que puso tranca a los intereses de Vélez Montoya mientras estuvo comiendo de titular de despacho en la administración de Fico Gutiérrez.
El entusiasmo del triunfo electoral dura poco, el primer año de gobierno, diría yo, que, para revés del establecimiento local, este 2020 fue opacado por la pandemia y sus repercusiones.
Otros dirán que el covid ayudó, por lo menos, a tapar los escándalos de la nueva administración, de EPM y el gobierno corporativo incluidos los primeros coletazos de la revocatoria, pero lo real, en el caso del concejal Vélez, es que ya no está tan entusiasmado con su nuevo mejor amigo, el independiente…
La pregunta que debe contestarse el mismo Luis Bernardo es por qué causa, razón o circunstancia siempre termina en desacuerdo y hasta peleando con los mandatarios que ayuda a elegir…
Hace 16 años, en el 2004, fue por primera vez concejal, resguardado en la ASI Indígena en compañía del “absolutamente precioso” exmandatario Sergio Fajardo, hoy aspirante a la presidencia.
Con Fajardo comió burocracia de lo lindo pasando a la administración de Alonso Salazar, no sin antes, ayudar a saquear la ASI para echar a los “indios” y convertirla en la ASI Independiente, partido en el que sólo cabían en ese momento, los impolutos integrantes del Movimiento Compromiso Ciudadano.
Con el exalcalde Salazar, medio bohemio, medio borrachín, medio agresivo, medio psiquiátrico, Luis Bernardo Vélez tuvo encontrones, salió peleando no solamente con Fabio Alonso, sino también con la tropa con la que empezó a hacer política en la ciudad.
Volvió a hacer campaña y repitió curul en el concejo durante la alcaldía de Aníbal Gaviria, desde donde hizo oposición de la que terminó hastiado, cansado y desilusionado de la clase política, es más, dijo que no volvería a aspirar…
Pero lo público, lo electoral y la política es más que un vicio para los que estamos en este clúster de la economía. Vélez, quemado, sin ilusiones, se rencauchó y se fue a trabajar de secretario durante la administración del anterior alcalde Federico Gutiérrez de donde también salió con roces. Luis Bernardo renunció porque sabía, que la mano negra del establecimiento: Santiago Gómez, lo iba a sacar a sombrillazos del gobierno…
Repito, derrotado y sin ilusiones al médico que olvidó aplicar inyecciones le dio por postularse como aspirante a la Alcaldía en las elecciones del año pasado, siendo más que conciente de no tener opción, no por incapacidad, si por falta de apoyos.
Mera estrategia de buen calculista. En el momento más oportuno Vélez le apostó a Quintero, quien junto al expresidente Gaviria, al senador Agudelo y algunos godos tenía el plante suficiente para lograr los resultados que evidentemente se conocieron en octubre de 2019.
La “química” entre Luis Bernardo y Quintero a 12 meses de haberse iniciado el gobierno ya no es tanta. Por un lado, el concejal independiente dice que el alcalde ya no lo atiende, no le para bolas, es más da a entender que no lo maneja “el putas”, y por el otro, desde la Alcaldía dicen que al concejal no lo llena nadie, advierten que es demasiado “comelón” …
Desde el gobierno argumentan que bajo su poder se encuentra la totalidad de la burocracia de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, además de un par de subsecretarías en Suministros y Movilidad, sin contar una buena cantidad de contratistas por toda la administración…
Hoy Luis Bernardo Vélez Montoya, un concejal que se ha movido los últimos tres lustros al vaivén de sus propios intereses no sabemos qué piensa o para dónde va, lo claro, es que no está satisfecho y lo más probable es que termine haciendo lo de siempre, un reguero como es su costumbre…