Después de un mar de especulaciones el gobierno de “El Incapaz” presentó la tan cacareada reforma tributaria, la tercera de su mandato, argumentando como es costumbre cuando se presentan estos polémicos proyectos, la necesidad imperiosa de que se apruebe ante la inminente debacle del país.
Lo que sí es cierto y nadie le podrá quitar lo “baila´o”, es que Duque es un maestro de los eufemismos: homicidios colectivos, reforma a la estructura del sistema de protección a la vejez, ley de crecimiento económico, y ahora, ley de solidaridad sostenible, son algunos de los ejemplos con que el presidente de los colombianos ha hecho “literatura” con nuestra realidad.
La actual reforma es más de lo mismo, aumento de impuestos aquí y allá, y por supuesto los ayes de todos pues a ninguno nos gusta que nos metan la mano al bolsillo para financiar al Estado, que para muchos es un elefante blanco, para otros un estorbo y para unos cuantos su caja menor.
Plantea la oposición que la reforma no es estructural, que no tributan los que más tienen, los empresarios justifican que gracias a sus empresas es que hay trabajo, que no pueden ser cargados con más impuestos, porque de ser así recogen sus chiros y se abren pa’ Panamá.
Y entre más tensa la cuerda sólo hay unos ganadores: los politiqueros, que aprovechan la debilidad del gobierno para solicitarle un pequeño intercambio de favores: ellos colocan el pan y los otros algo con que endulzarlo.
La maquinaria no funciona sin aceite, y todos hacen leña del árbol caído, por supuesto que la plata irá por delante, pero a la par, y con un cálculo matemático admirable, hay posiciones políticas ante las que uno lo único que puede hacer es quitarse el sombrero:
No bien estaba terminándose el texto a presentar, dos ciudadanos preocupados (“El Incapaz atiende a éstos) se presentaron a inquirir por los detalles, “no dejarían que se maltratara al pueblo”. El plato estaba servido, la reforma tributaria empezaría a rodar y los defensores del vulgo empezarían, por los medios de comunicación a objetar tal aberración: “No permitiremos que le pongan IVA a la canasta familiar”, “cuidaremos la clase media” y una hermosa sarta de discursos que harían ver a Robin Hood, como el capitalista más salvaje de todos.
Esto no es nuevo, pero sí lo han perfeccionado bastante. Lograrán que una ley tan compleja como esta sea una hermosa plataforma electoral para muchos, para los mismos que siguen preocupados por lo que en apariencia es un cambio político en la postura electoral de los votantes.
“UNOS POCOS CON ARMAS”…
Pte @IvanDuque justificó la reforma tributaria asegurando que en el pasado también se impulsó una “para financiar la desmovilización, el desarme y la reinserción de unos pocos con armas, que estaban en contra de las instituciones”.