viernes, noviembre 22, 2024

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DE MUERTE LENTA

La aparente ingenua sorpresa de algunos críticos del movimiento social que se está generando en Colombia frente al pronunciamiento hecho por el Ejecutivo de la Federación Nacional De Trabajadores de la Educación, Nelson Alarcón, cuando se refiere al aspecto político del movimiento no es más que lo que nuestros abuelos llamaban lágrimas de cocodrilo.

Para nadie es un secreto que junto al movimiento en las calles hay un movimiento paralelo que busca conjugar la inconformidad en las urnas en el año 2022, el error, (que no lo es), es pensar que las calles están llenas como jugada maniquea de algunos políticos, y no como consecuencia de la dinámica histórica del país que adviene con el declive, (por ser generoso), del partido Centro Democrático y del triple Ex.

Incluso lo que deben evidenciar los opinadores frente a esta realidad que muestra apabulladoramente el fin del uribismo, es cómo el partido de gobierno está intentando sin el más mínimo recato político, transformar la situación generada por su mal gobierno en manos del sepulturero para recobrar la favorabilidad que han perdido.

La patada del ahogado o el estirón del muerto, formas populares de llamar estos desesperos de los miembros de Centro Democrático, incluso sus altavoces, por no perder el poder que han ostentado por más de 20 años y que llegó a su fin de manera deplorable y hasta grotesca en manos del presidente más malo que ha tenido esta tragedia llamada Colombia.

Cualquier excusa es buena para desacreditar al político o movimientos políticos que pretenden sentarse en la silla que erradamente ellos consideraron suya, incluso llegar a generar un estado de alerta frente a una guerra civil que solo está en sus cabezas guerreristas es una estrategia propia.

Una vez más, triste fin el de un movimiento político protagonista de las realidades de las últimas dos generaciones, triste recordación para alguien que pudo ser recordado como el político más importante de la vida republicana de nuestro país y que hoy, con un índice de desfavorabilidad superior al 70%, encabeza el listado de los personajes más odiados.

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Adolfo Ospina
Licenciado en Educación Español y Literatura de U de A, apareció hace unos 4 años a este proyecto. Especialista en pedagogía de la lengua escrita de la Universidad Santo Tomás, Ambientalista y defensor de los derechos de los animales, peor que Vallejo.