Llegó la hora de descubrir si la indignación de los colombianos es de todos o sólo de los medios de comunicación. El próximo domingo 13 de marzo asistiremos a una de las elecciones con más expectativas en la época reciente de nuestra nación.
Si el cálculo optimista de los inconformes se da, el Congreso cambiará sustancialmente, si la tulada con dinero es el principal argumento para ser elegido, los cambios serán muy pocos y los pocos que den volverán con las mismas mañas de los de siempre.
Mucho está en juego el próximo 13 de marzo. Por un lado, podría ser el entierro del movimiento que apoyó al hombre que políticamente fue el más fuerte del país, algunos analistas vaticinan una reducción de más del 60% en la participación que Centro Democrático tendrá en el nuevo Congreso, lo que sería lapidario para ese partido político.
De otra parte, está la presencia del Pacto Histórico, según Roy Barreras el jefe de debate de ese salpicón, serán elegidos por esa agrupación más de 30 congresistas y un número muy significativo de representantes, lo que significaría una presencia importante en el Congreso.
Los de siempre, los que lograron deslindarse del lastre Uribe volverán a calentar sus asientos y a devolverles los favores recibidos a los poderosos con contratos y leyes que los favorezcan.
La otra gran decisión para tomar en las venideras elecciones es una suerte de precedente para las de mayo, las consultas internas de los diferentes movimientos serán el disparo de partida para la verdadera campaña presidencial.
En el Pacto Histórico se da por descontado el triunfo de Gustavo Petro, sin embargo, hay que tener muy en cuenta la posibilidad de que la derecha, desesperada como está, se abalance a sabotear esa elección y genere una verdadera sorpresa. Lo que sí es cierto es que si no hay nada extraordinario él será el candidato del Pacto Histórico.
Por el lado de Centro Esperanza la pelea es cabeza a cabeza entre los dos “profesores”, Gaviria y Fajardo, inclinándose la balanza a favor del primero que goza con la bendición de muchos políticos tradicionales. En la otra consulta, pese a que “Fico” se ha movido con su “vos”, y con su discurso trasnochado que emula al de la seguridad democrática, se necesita mucho más para derrotar la maquinaria costeña encabezada por Char, el del escándalo de Merlano.
El próximo 14 de marzo empieza la auténtica contienda electoral para elegir presidente, pero esta vez se consolidarán dos antecedentes fundamentales, por un lado, la real encuesta que, frase de cajón, se dará en la urnas, revelando el verdadero poderío que Petro y el Pacto Histórico han mostrado en el papel, pero además empezará una fina operación matemática en que el resultado será quien suma más y resta menos.
Una incógnita quedará en el aire y es la verdadera capacidad de arrastre del ingeniero santandereano que no se hará contar en estas primarias, porque Barguil, el godo, y el pastor cristiano, tienen muy claro el nicho de elección con variaciones que caben dentro del margen de error. Votaremos y veremos.