Ese fue el apelativo usado por el periodista Daniel Coronel, al referirse al artífice de la recuperación de los votos “envolatados” del Pacto Histórico, con los que esa unión de movimientos se convirtió en la fuerza política más grande país para el próximo cuatrenio.
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El policromático Roy Leonardo Barreras Montealegre, médico de profesión, fue quien, conociendo de fondo el sistema, logró la recuperación de más de 450 mil votos con los que el grupo de Petro subió varios escaños tanto en Cámara como en Senado.
Barreras, con exactitud de oráculo griego, vaticinó 20 Senadores para el movimiento del que él hace parte y tal cual se cumplió, es tan exacto el médico-ingeniero que casi acertó en la totalidad de votos que obtuvo el movimiento.
La presencia de Roy, criticada por los “pura sangre” izquierdistas que componen el movimiento, causó revuelo en su momento, sin embargo, en el proceso de escrutinio su habilidad y conocimiento, fueron fundamentales para descubrir los “inocentes” errores de los inexpertos jurados que remplazaron por solicitud del Centro Democrático a los menesterosos maestros que habitualmente cumplen esa función.
Otra jugada estratégica de Petro, aliarse con los tradicionales, con los de siempre, que tienen claro cómo han logrado mantenerse en el poder, es decir, jugar con las mismas cartas con las que los políticos habituales han jugado.
Los medios han intentado opacar el abrumador triunfo del Pacto Histórico, poniendo en la misma balanza otros movimientos que también se vieron perjudicados, sin embargo, es vergonzoso que en un país que se dice democrático se encuentren “equivocaciones” que perjudicaron a un movimiento de manera particular.
Viene la elección de presidente, los ojos están puestos en ese proceso, por fortuna para quienes seguimos a Petro y su Pacto, hay personajes del talante y compromiso del “ingeniero electoral” que por lo menos intimida a quienes a toda costa pretenden que Gustavo Petro no sea el presidente del país.
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