Hace 4 años el absoluto ganador de la presidencia, según las encuestas, era Gustavo Petro quien en mayo del 2018 había alcanzado una intención de voto del 45,9%, mientras Iván Duque, el segundo, marcaba el 26,7%. Fajardo logró en ese momento el 10,7%, lejos de lo que marca en la actualidad.
La actual competencia electoral por la “Casa de Nari” se encuentra en las mismas circunstancias del 2018, fotografía que demuestran las encuestas calcadas para diagnosticar que otra vez Petro es el favorito para ser electo presidente.
Igual, como hace cuatro años todo está dado para prever una segunda vuelta el 19 de junio con las mismas características que revelan que la campaña de Pacto Histórico ese consorcio temporal está cometiendo los mismos errores de la pasada campaña para presidente.
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Por miedo a que le tiren piedra, los asesores de marketing convencieron a Petro a no asistir a los debates televisivos bajo el argumento que como encabeza las encuestas se convierte en “objetivo” de sus competidores, asunto de toda obviedad que hay que afrontar con inteligencia, no metiendo la cabeza en tierra como el avestruz.
Las propuestas de Petro como desmontar Hidroituango, acabar la producción de carbón y petróleo, intervenir los fondos privados de pensiones y liquidar las EPS para que las secretarias de salud atiendan los más de 50 millones de colombianos, además, del ruido que generan las intervenciones de su fórmula vicepresidencial que rechaza la importación de “huevos y papa” de Alemania como política proteccionista para productores nacionales; restan votos por falta de explicación.
La izquierda excelente para hacer campaña política con buenas intenciones, ha demostrado que a la hora de profundizar en sus propias propuestas se quedan cortos debido a su incapacidad de argumentarlas desde lo académico, técnico y financiero.
Los «huevos» de @FranciaMarquezM pic.twitter.com/74QiPEI4kE
— Rubén Benjumea (@puntodevistardb) May 17, 2022
No asistir a debates en televisión de mayor cobertura genera más incertidumbre que tranquilidad en esa franja de indecisos entre los que se cuentan el Voto en Blanco, el No Saben No Responden, además de los votos huérfanos que dejarán los próximos excandidatos presidenciales Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo que hay que reconquistar para segunda vuelta.
La izquierda mal de asesores, que no creo que sean ni Roy Barreras ni Armando Benedetti, dos remasterizados que han brincado como lagartijas de gobierno en gobierno los últimos 20 años, ha sido incapaz de generar confianza, menos miedo, sentimientos fundamentales para ganar en segunda vuelta.
El miedo de la mayoría de los colombianos ha generado que, empresarios en Antioquia, por ejemplo, empezaran a enviar recomendaciones a empleados para que voten por uno y no por el otro, lo mismo de hace 4 años…
Promediando encuestas, teniendo en cuenta el abstencionismo de hace 4 años, alcanzan casi que los mismos porcentajes del 2018 con respecto a la intención de voto. Petro llegó al tope del 40%, mientras Fico alcanza el 30% aproximadamente.
En el 30% restante se encuentra los candidatos Rodolfo con el 16% y Fajardo que subió al 7%, además de otros aspirantes como La Ingrid, El Milton, el voto en blanco y los indecisos.
El 29 de mayo en la noche, cuando se ratifique la segunda vuelta, tocará barajar nuevamente las cartas porque será presidente de Colombia el que diseñe la mejor estrategia para captar la mayoría de los más de 4 millones de votos que quedarán sueltos para pescar en el mes de junio.