Esta semana circuló por redes sociales y grupos de difusión de WhatsApp una fotografía de otro fletero por el sector de la bayadera haciendo de lo suyo con un revolver.
La ciudadanía esta harta de la situación preocupante que hace perder la credibilidad, eficiencia y eficacia de nuestros gobernantes. Esta situación no solamente debe ser abordada con campañas pedagógicas por parte de la Alcaldía de Medellín que pretenden reeducar a un sicario a punta de cantaleta y pellizcos.
Se viene a la mente la célebre frase pronunciada por el desaparecido de la vida pública y exconcejal de Medellín por el Partido de la U, Juan Felipe Campuzano: “Si a la delincuencia le gusta la sangre, hay que ponerlos a sangrar”… La fuerza pública tiene que presentar resultados de la misma manera que lo tiene que hacer el Alcalde Federico Gutiérrez, que fue lo que prometió en campaña: SEGURIDAD.
Lo cierto es que si en la ciudad truena por fuera de Medellín relampaguea. Hace un par de semanas una comisión de funcionarios de una importante empresa pública fue retenida por dos horas y media en cercanías de la cabecera municipal de un municipio del occidente de Antioquia.
Con los funcionarios de dicha entidad, también viajaban por asuntos de trabajo, políticos, agentes policiales que cumplían funciones de escoltas, además de los conductores de los vehículos oficiales.
Por 150 minutos fueron retenidos los empleados por un grupo armado ilegal denominado las Autodefensas Gaitanistas, quienes aducían no haber autorizado el ingreso de la comitiva. En esos 9 mil segundos pasó de todo. Desarmaron a los policías y hasta hicieron llorar a un conductor de uno de los vehículos. ¿Qué podrá esperar la ciudadanía entonces con hechos como este, qué?…