La enigmática supuesta reunión entre los expresidentes colombianos Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, con el actual jefe de Estado de los Estados Unidos, muestra la verdadera condición de los viudos del poder.
Buscar la participación de un tercer estado en los asuntos internos de un país, no es más que la manifestación de una pataleta de unos personajes que han sido incapaces de aceptar que su tiempo ha pasado, que a su gusto o disgusto, el rumbo que ha tomado el país es uno distinto al que ellos querían.
Que escena más triste representaron estos dos estadistas de nuestra Nación, incluso es tan absurdo el hecho que algunos analistas lo han puesto en tela de juicio y otros, como Daniel Samper, lo caricaturizó de manera excepcional (les hizo un favor) en su columna en la revista Semana del domingo 23 de abril.
Espectáculo triste dieron estos dos viudos del poder, espectáculo sin justificación alguna, espectáculo vacío, sin forma ni contenido, espectáculo ridículo, espectáculo digno apenas de presentarse en esos programas de stand up comedy que nadie ve.
Es increíble pensar que dos expresidentes de una Nación como Colombia generen un rumor (o una realidad), como ésta para mojar prensa, para intentar mantenerse vigentes para justificar su incapacidad y su ausencia de principios políticos e ideológicos reales.
¿Cómo pudimos haber tenido dos comediantes de este tipo en la presidencia del país? Es una pregunta que debería rondar en la cabeza de todos los votantes, pero al mismo tiempo los demás dirigentes, sus áulicos, casi que sus fervientes seguidores (adoradores) deberían sentir vergüenza de ser representados por ellos. “Ay país, país, país… como diría Piero, “Ay país”
