Los mensajes, la comunicación y la manera de expresarse de un candidato a un ente territorial deben ser claras, directas y sin posibilidad de ambages ni cuestionamientos.
Lo que le pasó al precandidato a la Gobernación de Antioquia por Centro Democrático, Andrés Felipe Guerra Hoyos es una muestra de ello, por hacer bonito, hizo feo…
Andrés, quien tiene una manera de expresarse absolutamente distinta en comparación de su señor padre y su hermano mayor, se enredó con el mensaje que quiso dar con respecto a la producción cocalera de campesinos en algunos sectores del Departamento.
El precandidato Guerra no quiso hacer apología del narcotráfico, ni mucho menos hablar mal de la banca financiera, nacida en Medellín, pero su redacción confusa generó malas interpretaciones entre sus contradictores al punto que su máximo jefe salió al paso para hacer claridades. Eso no puede pasar en una campaña…
Uribe llamó la atención en el sentido de ser cuidadosos a la hora de los “impromptus” de la comunicación con el fin de evitar equivocaciones.
El “impromptu” es una pieza, tradicionalmente pianística, que se caracteriza por la continua improvisación. Esta forma musical se estructura normalmente en tres partes y fue cultivada por autores como Schubert y Chopin, entre otros.
El asunto es que la “improvisación” para todo y especialmente en música tiene condiciones básicas como no salirse de la escala tonal de la obra para evitar las disonancias. Hasta poético salió Uribe para corregir a su muchacho.