viernes, noviembre 22, 2024

Lo último

Noticias relacionadas

PAGO DE HONORARIOS…

Como era de esperarse y para garantizar el derecho al pataleo, la Sección Primera del Consejo de Estado admitió el recurso de apelación interpuesto por el apoderado del concejal integrante del grupo significativo de ciudadanos “Independientes”, Alex Xavier Flórez Hernández contra la sentencia proferida el año anterior por el Tribunal Contencioso Administrativo de Antioquia.

El apoderado del cabildante que lleva dicho proceso es el abogado Yefferson Mauricio Dueñas Gómez, quien desde el 3 de febrero firmó un contrato de prestación de servicios como asesor jurídico en la Empresa de Seguridad Urbana, ESU, hasta el 31 de diciembre de la presente anualidad por el valor de $102’762.000 (ciento dos millones setecientos sesenta y dos mil pesos).

La pregunta que habría que hacerse es: ¿quién paga los honorarios del defensor, el bolsillo del concejal o la administración municipal?

El Consejo de Estado que definirá el futuro político de Flórez Hernández en un par de semanas, rechazó, además, la solicitud de pruebas y una nueva audiencia de alegaciones en dicho proceso de pérdida de investidura.

El tres de septiembre del año pasado, la Sala Plena del Tribunal de Antioquia falló en primera instancia contra el concejal integrante del “pinturismo puro” por haber incurrido en la violación del Régimen de Inhabilidades durante la jornada electoral del 2019.

La acción de pérdida de investidura se debe a que Flórez Hernández suscribió un contrato por $19’000.000 (diecinueve millones de pesos) con el Instituto Tecnológico de Antioquia entre el 7 de febrero y el 25 de octubre de 2019, dos días antes de las elecciones, hecho que según el abogado demandante Martín Cardona Mendoza es violatorio de la ley electoral.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Artículo anterior
Artículo siguiente
Ruben Benjumea
Soy periodista por vicio y bloguero por pasión y necesidad. Estamos fortaleciendo otra forma de hacer periodismo independiente, sin mucha censura, con miedo a las balas perdidas, pero sin cobardía.