Utilizar los vehículos y los automotores oficiales asignados a funcionarios y servidores públicos para llevar los muchachos al colegio, la mujer al trabajo, la mocita al motel y para hacer las vueltas personales del titular de turno, con la gasolina que pagamos los contribuyentes, es muy común y corriente en los gobiernos de turno.
Han sido varios los incidentes que comprometen los carros de propiedad del municipio y el departamento. El choque de un vehículo oficial de la gobernación de Antioquia cuando se utilizaba en horario extraoficial y el último que compromete a la concejala Regina Zuluaga son los más recientes sucesos.
Dialogamos con la corporada, estaba muy triste por la versión que publicó Punto de Vista, que aunque no es mentirosa omitió detallitos. En media hora obtuvimos tres versiones. La del conductor de la concejala, la de la concejala y la de varios conductores presuntamente testigos del leve accidente.
Lo real es que Regina está buñuela y eso no le quita lo buena gente. Cuando se carece de habilidad en conducción no se practica en un vehículo ajeno. Uno practica en el carro de la casa y en un espacio óptimo para evitar accidentes.
Durante la conversación para mitigar el incidente con su vehículo, la doctora Zuluaga aclaró que es una mujer de conciliación permanente. Eso lo pongo en duda, porque es capaz de censurar la realización de la IVE en la Clínica de la Mujer en contravía de la Corte. En la actualidad las mujeres en Medellín son la mayoría de la población y el interés general prima sobre el particular. Sin embargo, Zuluaga, dice que es una mujer trabajadora por el interés común y que no posee nada de excluyente.
Cuenta la vicepresidenta quien venía manejando su camioneta de propiedad de la corporación, que al ingresar al parqueadero del municipio en el sótano de la Alpujarra un vehículo de la Secretaría de Hacienda le cortó el paso y se atravesó. Una bobadita, un besito tierno entre los automotores fue el atrevimiento, dice. En ese mismo momento, detrás de la señora Zuluaga, venía el concejal Carlos Andrés Roldán, quien se bajó de su vehículo para percatar el incidente.
Argumenta Regina que Roldán verificó la colisión y ratificó que fue muy leve el choquecito, pero que desafortunadamente asumió la verborrea del otro conductor quien lo insultó por meter la mano donde no lo han llamado. Claro, dicen que el tipo no sabía que era concejal, seguro lo vio muy jovencito. Posteriormente la concejala y su fiel conductor realizaron el trámite ante las autoridades de inspección y de tránsito.
Pero esta historia pendeja tiene otra lectura recurrente en el manejo del parque automotor del sector público. En la actualidad, 21 conductores hacen parte de la planta de cargos del Concejo de Medellín y seis conductores más que están por contrato. Es decir 27 conductores se encargan del transporte de los 21 concejales, entre otros funcionarios “importantes”.
Sin embargo, durante la presidencia del concejal Federico Gutiérrez y la Secretaría General del hoy Candidato a la Cámara León Darío Ramírez se aprobó el Acto Administrativo Nº334 “POR EL CUAL SE AUTORIZA LA CONDUCCIÓN DE VEHÍCULOS ASIGNADOS AL CONCEJO DE MEDELLÍN POR PARTE DE CONCEJALES MUNICIPALES”.
Varias preguntas: ¿para qué tanto conductor entonces? Que porque los conductores abusan y aprovechan a veces los vehículos para sus asunto personales, que hay que tenerlos controladitos. Que porque los fines de semana con las horas extras las remuneraciones aumentan y hay que ser austeros en el gasto. ¿Austeridad? esa palabra no la conocen los servidores públicos. Pero, Uribe y su reforma laboral no quitó las extras pues?…
Los únicos autorizados por las normas de acuerdo con el perfil del cargo son los conductores quienes conducen automotores, para eso están preparados, ese es su trabajo. En el sector público cada empleado cumple su tarea. El médico medica, el gobernante gobierna, el atracador atraca, el conductor conduce. Eficiencia y eficacia, ¿dónde estás contralor?
Los integrantes del Fajaralonsismo se quedaron con los crespos hechos por culpa del último concepto del Consejo Nacional Electoral, quien no permitió el cambio del nombre de la Alianza Social Indígena por Alianza Social Independiente.
Aunque la decisión se tomó desde el 26 de julio, varios de los integrantes de este movimiento político entre ellos el senador Jesús Enrique Piñacué, no estuvo de acuerdo con el cambio de nombre por ser un partido que agrupa minorías étnicas como los indígenas en el país.
Lo cierto es que aunque la tolda Fajardo-Presidente está recogiendo firmas para avalar su causa, a los candidatos a la Cámara que integran este cielo lleno de ángeles, les tocará aceptar el aval de los chamanes de la ASI, como debió ser desde el principio.
El Consejo Nacional Electoral explicó que para aceptar el cambio del nombre de la ASI a Alianza Social Independiente, se tendrá que convocar a una gran asamblea o congreso nacional a todos y cada uno de los integrantes de la ASI Indígena, para tomar la decisión en conjunto con la Pacha Mama.
Por: Adolfo Ospina Mejía
Se realizó en la sede del Polo Democrático un conversatorio sobre la Clínica de la Mujer. Desprovisto de cualquier tinte político, las doctoras, Agudelo y Pineda, quienes le han metido el pecho a este proyecto, deuda del alcalde de Medellín, (y de la sociedad en general) argumentaron la necesidad de un espacio como éste en la ciudad. Aplaudo de pie a este par de mujeres que abanderan el proyecto, y le hago la venia a las miles de mujeres que día a día y a codo limpio arrebatan los espacios que nuestra sociedad les ha negado históricamente.
El debate de la Clínica de la Mujer trasciende el mediático debate por la IVE planteado así por el periódico El Colombiano, (o mejor, como lo llama un gran amigo, El Calumniano), debate que no corresponde ya, pues la Corte Constitucional dictó jurisprudencia al respecto, a un debate por los derechos civiles, sexuales, políticos y demás de las mujeres. Un espacio como el propuesto originalmente es un espacio que apunta a cambios estructurales de nuestra pútrida sociedad, es un espacio de civilidad y de cambio de las obsoletas y recalcitrantes estructuras sociales de nuestra Colombia defendidas por personajes temerosos al cambio, con mentalidades inquisidoras.
Mientras escuchaba a estas mujeres y a estos hombres, (diría de avanzada), me preguntaba qué rumbo podría tomar una sociedad donde la igualdad de género no fuera una consigna constitucional sino una realidad vivenciada en el diario vivir. El debate, repito, no es si la Clínica de la Mujer debe o no practicar la INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO, sino, si nuestra sociedad está dispuesta a asumir cambios que generen el respeto absoluto de los derechos de todas sus ciudadanas y ciudadanos, de no ser así retrocederemos peligrosamente al temible Medioevo de satanizaciones y persecuciones. Debates como este, ayudan a generar verdaderos espacios democráticos, no ficticios como los de los medios de información.
Hasta el 18 de noviembre se desempeñará como Secretaria Encargada de Evaluación y Control de Medellín, la abogada Patricia Bonilla Sandoval.
La profesional en Derecho, quien integra de manera permanente la Comisión Segunda de Presupuesto del Concejo de Medellín, fue nombrada hace un par de meses como Directora Técnica de Evaluación y Control. Ahora le dieron otra palomita, ¡buena por esa!