A Carrasquilla y su rabito de paja, le pasó lo mismo que al también cuestionado Senador por el partido de La U, Juan Felipe Lemus, enredado por haber participado presuntamente en un cartel de corrupción para defraudar los recursos del Departamento de la Prosperidad Social junto con cinco congresistas más.
Me di una vuelta por las instalaciones del Concejo Distrital de Medellín para conocer algunos de los cabildantes que por primera vez llegaron por elección popular a una silla de la corporación.
Muy flojitos, malitos y primíparos la mayoría, pero es lo que hay. Como diría un amigo y colega, cuando no hay tiramisú se come panela o bocadillo.
Por allá, muy encopetada con su keratina cero frizz vi sentadita a la cabildante por el partido Centro Democrático, Claudia Carrasquilla a quien varios de sus subalternos de campaña la han cuestionado por no pagar los honorarios de las personas que trabajaron para ella en la contienda electoral de octubre de 2023.
A Carrasquilla y su rabito de paja, le pasó lo mismo que al también cuestionado Senador por el partido de La U, Juan Felipe Lemus, enredado por haber participado presuntamente en un cartel de corrupción para defraudar los recursos del Departamento de la Prosperidad Social junto con cinco congresistas más.
Carrasquilla y Lemus las emprendieron contra los periodistas que ejercemos de notarios a la hora de publicar denuncias contra políticos por supuestos comportamientos dudosos. Los políticos deben, con mayor razón, aclarar su situación, y, por el contrario, exigirle a la entidad competente, en este caso la Fiscalía que demuestre, aclare o se retracte.
Yo, personalmente, estaba convencido que la primípara Claudia Carrasquilla, a quien le fascina la denominen «La Dama de Hierro» tenía carácter, pero no.
Carrasquilla como el pensionado después de elecciones Gilberto Tobón confunden el carácter con el mal carácter por lo que de manera permanente, creerán ellos, estratégica, se les atisba apretando el ceño, estirando «jeta» como un rottweiler, ladrando, insultando, madreando, además de subiendo el decibel. Creen que infundiendo miedo ganan percepción como defensores, ejecutores y buenos gestores. Esa actitud y comportamiento en desuso y pasado de moda es un atentado contra la estética y los hace quedar muy mal…
El 4 de diciembre de 2023, un par de muchachos que trabajaron en la campaña electoral de octubre pasado denunciaron a la exfiscal de Medellín, porque, al parecer, no canceló la totalidad de los honorarios de varias personas que conformaron su equipo acarreando una deuda por encima de los $60 millones de pesos.
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La denuncia contra Carrasquilla hizo que relinchara, e, inclusive, que amenazara a un analista y asesor de denunciarlo penalmente.
Entiendo que Carrasquilla deberá estar que se muerde un codo de la furia, pero la verdad, a mí eso no me importa debido a que no tengo nada personal contra ella, pero parece que ella si lo tiene conmigo. Y aunque me bloqueó en la red social X, tenemos 3 años y 10 meses para divertirnos.
Lo que sí me gustaría saber es, si pagó o no las deudas a sus exempleados…
La incomodidad de los quejosos es tan grande que uno de los implicados en la denuncia contra Carrasquilla manifestó:
«Es una gran estafadora. Cuadró por debajo los honorarios de una de las personas que yo mismo contraté para decirle a su familia y al CD que ya estaba pagando. Falso de toda falsedad. Un contratante no puede pagarle a quien no contrató.
A la persona que le dio dinero para amordazarla, nos dijo que ella la había llamado y le dio una porción por debajo de la mesa pero que no dijera nada y que se quedara en silencio. Los directores del @CeDemocratico en Antioquia, le han dicho que pueden servir de amigables componedores, pero ella se sigue haciendo la loca -que lo es-, tanto, que el jueves 11 de enero envió el mensaje siguiente a través del “pagado”: «YA CONSIGNÉ EN LA CUENTA BANCARIA DE QUIEN LOS CONTRATÓ A TODOS, LA TOTALIDAD DEL DINERO ADEUDADO».
Eso se regó en los oídos de los acreedores, o sea, de todo el equipo. Me llamaron felices, me dijeron que por favor les pagara, revisé la cuenta y ¡plop! No hay un sólo peso consignado por ella. Sin duda sigue mintiendo como siempre lo ha hecho. Falsa, hipócrita, mentirosa, estafadora y concejal».
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