“Esta es una victoria con olor a pueblo”, dijo el electo Gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez al ratificarse su triunfo por parte de la Registraduría.
“Tendremos que hacer muchos cambios en el estilo de gobierno en el que la honradez no será una bandera política, sino una forma de vida”, agregó Pérez en su primera intervención como nuevo gobernante de los antioqueños.
Con el 99,95% de la totalidad de las mesas escrutadas, Luis Pérez obtuvo 816.337 votos equivalentes al 39,43%, mientras Andrés Guerra logró 611.207 equivalentes al 29,52% de la votación. A Federico Restrepo sólo le dio para llegar a los 401.603 votos, equivalentes al 19,39% de la totalidad de los sufragios, ni siquiera la mitad de los votos que hace cuatro años sacó “Fajarkamón”.
El viernes 23 de octubre en las horas de la noche fue la primera vez que escuché a Andrés Felipe Guerra Hoyos echarse un discurso que va más allá de repetir cifras sobre la inequidad y falta de ejecución de obras por parte del gobierno. El discurso de “el delfín” del clan de los Guerra logró despertar emociones con las que demuestra con el resultado electoral del pasado domingo que le proyecta una sobresaliente carrera política.
Pero lo cierto es que el que gana es el que goza. Luis Pérez Gutiérrez fue enfático en apreciar que no pondrá el retrovisor, y que, además, tendrá la buena intención de perder la memoria por todos los maltratos, infamias, injurias y calumnias de las que fue objeto por parte de los seguidores de Sergio Fajardo.
Pero eso lo hará el nuevo gobernador, no yo. Desde esta semana se deberá estar pendientes de las comisiones de empalme para escudriñar desde lo divino hasta lo humano el plutócrato gobierno saliente con el fin de identificar alguna irregularidad, que seguro las hay. A partir del primero de enero del 2016, llevaré una hidrolavadora de alta presión para lavar el Edificio Departamental.
Yo si voy a poner el retrovisor. Revelaré hasta el cansancio y con evidencias las andanzas del gobierno que termina para demostrarle a la opinión pública que desde hace 12 años, tengo la razón…
